El llanto es importante porque es una señal.
Es una señal de:
1. Convicción de pecados.
2. Ganas de tener un espíritu dispuesto al Señor.
3. Convicción de que, sin este mismito Señor, no se puede tener un espíritu dispuesto al Sr. (no soy nadie, nada puedo sin Dios)
4. Sensación de dulzura. Tal cual como se lee. Infinita dulzura, infinita lástima. Compasión por uno mismo y por la compasión que, se supone, Dios siente del pobre pobrecito hombre.
Esos son los cuatro pasos, ordenaditos. Yo sólo he pasado por el último. En mi colegio no había religión ni ética ni nada de los colegios del mundo. Había Tiempo Espiritual: biblia, oración, alabanza y desmayo. Alabanza de la tía Paty con su guitarra. Luego ella hablando y guitarra de fondo. Dice: Los que quieran volver al Señor, los que sientan que no han estado en su camino, díganle: tómame Señor.
Todos decimos: tómame Señor.
Le pego codazos y risitas a la Pía.
Tómame, como si yo fuera un vaso en manos de un alfarero.
La palabra alfarero y el primer llantito. Pía tramposa cara roja y un snif, dos snif, tres. Contagia al curso. Todos de guata en el piso y tómame, vaso, alfarero, llanto, llanto, llanto, arrepentimiento. Me tapo la cara para que crean que estoy llorando. Tengo pena por no llorar. Tengo tanta pena de mí, que también lloro y me siento bien. Todos aúllan. La Tia Paty está muy feliz. A la salida de Tiempo Espiritual, el profesor de inglés nos pregunta: ¿por qué tanto escándalo? Un compañero tibio, dice: es que nos caímos al mismo tiempo.
(por jovenyalocada)